Las fibras de la maguey se caracterizan por su resistencia y longiutud. Bien tratadas son suaves al tacto. De color “hueso” aunque puede variar de acuerdo a la especie. Fue muy utilizada para fabricar cuerdas, estropajos, hondas, redes, mecapales bolsas, incluso textiles y posiblemente amate. Encontramos fibra en toda la planta. Se llama penca a la hoja y piña al centro de la misma. Con el auge del mezcal los subproductos se multiplicaron hasta convertirse en un problema de contaminacion.

Para la fabricación de este papel fueron empleados los residuos del palenque del maestro Jose Santiago en Santiago Matarlan, especializado en la producción de mezcal a partir de agaves silvestres. Las fibras fueron cuidadosamente separadas y limpiadas en seco en una bañera evitando el uso excesivo de agua. Se cortaron a 10 cm aprox y se cocinaron con carbonato de sodio alrededor de 15 horas de constante evullicion. Después de un buen lavado se abrió la fibra, se afino y se batió en una batidora holandesa para “uniformar” la pulpa. Estas hojas contienen algodón blanco en una proporción del 10 por ciento. El algodón se enriaba en agua durante varios meses.

Se formó con tecnica y bastidores tipo europeo, las de mayor peso. Y para elaborar las finas se uso la técnica japonesa con bastidores tipo europeo. La pulpa se tiñó con analinas.

El papel es muy resistente al desgarre y la tensión. Se usa para la elaboración de etiquetas de productos amigables con el entorno, cuadernos, empaque, impresión de obra de arte y decoración. Ahora nuestra misión es encontrar uso a los subproductos de la producción del mezcal: agua, fibras, vinazas.

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